Japón, 1936. Sada (Eiko Matsuda), una antigua prostituta, comienza un tórrido romance con Kichizo (Tatsuya Fuji), su actual jefe. Lo que parecía diversión intrascendente pronto se convierte en una intensa relación gobernada por la obsesión del placer. Para los amantes no hay fronteras en la búsqueda del éxtasis más completo. Es amor loco.