Abre los ojos (1997) Escena Gran Vía
Amenábar nos aporta ésta visión de la Gran Vía completamente vacía, si no fuera por las dos personas del balcón de la derecha y la multitud agolpada tras una barrera policial, mucho más díficil de distinguir, al final de la Gran Vía. Como curiosidad, Eduardo Noriega volvió la cabeza en la escena para asegurarse de que se le distinguiera y no pudieran remplazarlo, ya que temía por su papel en la cinta.
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